
GERHARD FUNKE – Fenomenología, ¿Metafísica o Método?
El libro “Fenomenología, ¿Metafísica o Método?” de Gerhard Funke es una profunda exploración de la fenomenología como corriente filosófica y de sus implicaciones tanto metafísicas como metodológicas. Funke, un destacado filósofo alemán, busca desentrañar las tensiones y conexiones entre la fenomenología, entendida como un enfoque filosófico inaugurado por Edmund Husserl, y los debates sobre la metafísica y el método en la tradición filosófica occidental.
Uno de los principales temas que aborda Funke es la naturaleza de la fenomenología en cuanto a su estatus como método filosófico. Husserl concibió la fenomenología como una “ciencia rigurosa” que, mediante la descripción de la experiencia consciente, intentaba eliminar las presunciones filosóficas previas. Para Husserl, la fenomenología se basaba en la “reducción fenomenológica”, un proceso mediante el cual el sujeto suspendía (o ponía entre paréntesis) todas las creencias sobre el mundo externo para enfocarse exclusivamente en cómo los fenómenos se manifiestan en la conciencia. Funke analiza este enfoque metodológico en profundidad, destacando su radicalidad y su intención de liberar a la filosofía de construcciones metafísicas heredadas.
Sin embargo, Funke se pregunta si la fenomenología, en su pretensión de ser puramente descriptiva y metodológica, no es en sí misma una forma de metafísica. A lo largo del libro, Funke explora la paradoja de que, aunque Husserl quería evitar las especulaciones metafísicas, la fenomenología misma puede verse como una forma de metafísica encubierta. Al centrarse en la estructura de la conciencia y la intencionalidad (la idea de que toda conciencia es conciencia de algo), Funke sugiere que la fenomenología inevitablemente se enfrenta a preguntas sobre la naturaleza última de la realidad, lo cual la conecta con la tradición metafísica, incluso si pretende evitarla.
Otro aspecto clave de la obra es la comparación entre la fenomenología y otras corrientes filosóficas que también han abordado el problema del método y la metafísica, como el empirismo y el idealismo. Funke examina cómo la fenomenología se diferencia de estas tradiciones, al no limitarse a una perspectiva exclusivamente empírica o idealista, sino que busca una vía intermedia en la que la experiencia subjetiva se convierte en el punto de partida para cualquier conocimiento. En este sentido, Funke argumenta que la fenomenología ofrece un enfoque más profundo y menos reduccionista de la realidad que otros métodos filosóficos.
Además de la discusión sobre la fenomenología como método, Funke aborda la evolución de la fenomenología después de Husserl, centrándose en pensadores como Martin Heidegger y Jean-Paul Sartre. Heidegger, en particular, transformó la fenomenología al introducirla en el ámbito de la ontología, vinculándola con la pregunta por el ser. Funke analiza cómo esta transformación fue, en cierto sentido, un retorno a la metafísica, ya que Heidegger utilizó la fenomenología para investigar las estructuras fundamentales del ser humano (el Dasein) y su relación con el mundo. Sartre, por otro lado, usó la fenomenología para desarrollar su filosofía existencialista, enfocándose en la libertad, la conciencia y la angustia, y alejándose de los aspectos más estrictamente metodológicos de Husserl.
En la última parte del libro, Funke reflexiona sobre la relevancia contemporánea de la fenomenología. A pesar de que en las últimas décadas han surgido nuevas corrientes filosóficas que han desplazado en parte a la fenomenología, Funke argumenta que esta sigue siendo un marco filosófico valioso para abordar cuestiones sobre la subjetividad, la percepción y la experiencia humana. Además, la fenomenología ha encontrado aplicaciones en campos como la psicología, la antropología y las ciencias cognitivas, lo que demuestra su capacidad para trascender los límites de la filosofía tradicional.
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